El jueves último se realizó en la Legislatura porteña un homenaje a Daniel Betti, fallecido el 15 de octubre pasado. El arquitecto perseguido y exiliado en Venezuela durante la dictadura, regresó para dar pelea desde la Universidad Pública, la militancia y la vida política como parte de la experiencia de Autodeterminación y Libertad. En su despedida, el legislador por Buenos Aires para todo en Unidad Popular Fabio Basteiro le dedicó unas palabras.
Por Fabio Basteiro
“Tratar de expresar como decía González Tuñon que poca muerte da mucha vida, y muchas veces en el resumen en un homenaje pueden sobrar adjetivos, puede incluso abusar de golpes bajos. En el caso de nuestro bloque preferimos simplemente homenajear a un compañero que supo militar desde muy temprano siendo dirigente estudiantil perteneciendo a la Federación Universitaria de La Plata en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, militaba en el PRT – La Verdad, luego en el PST, y esto le valió las persecuciones y la caída de muchos hermanos, compañeros e incluso familiares de Daniel.
Hoy están presentes con nosotros, sus dos pibes, Adrián y Matías, su compañera Graciela, su cuñada, su compañero de exilio Juan Carlos Coral, amigos y compañeros de militancia y fundamentalmente un elemento que se nos aparece casi ineludible es tratar de reafirmar esta corta y sintética expresión: cómo vincular el saber académico, de qué manera ser uno de los mejores arquitectos para ponerlo al servicio e las organizaciones de carácter popular. Augusto César Sandino en la pelea contra los norteamericanos en la década del 20 planteaba que uno para defender la patria tiene que conocerla. Nadie puede amar algo, querer algo, defender algo, si no lo conoce; y realmente si hubo algo que Daniel nos dejó impregnado en un sello es la capacidad de entender que conocer a un compañero, una compañera, es la tarea más difícil pero a la vez es la tarea más honesta y quizá sea la tarea por la que uno debe defender la vida.
Y conocer a una persona no es simplemente redactar algún relato de vida; es fundamentalmente mirarse a los ojos y entender. Tuvimos la oportunidad de compartir los últimos momentos con Daniel; a mí en lo particular me enseñó algo: que mantener los hombros erguidos, mantener la vista para el frente, sonreír y abrazar como un compañero, esas son cosas que no se explican ni en la facultad ni en la Legislatura, se aprenden fundamentalmente teniendo la capacidad de abrir la cabeza y el corazón y entendiendo de que el mejor homenaje que se le puede hacer a un compañero es seguir luchando por los mismos ideales que nos juntaron en algún momento.
Sabemos que en estos momentos y en un ámbito como la Legislatura los homenajes tratan siempre de ser lo más amplios posible, pero yo, en particular, quiero homenajear a un compañero socialista, a un compañero que dio su vida en la lucha por la vivienda popular, por la organización de una Central, por la construcción de una herramienta de carácter institucional como es nuestro partido. Pero fundamentalmente es decir y hacerse cargo de una historia y las historias no se relatan en los libros, se ven en la calle, se ven en las acciones y se ven en la coherencia.
Daniel dijo: “Pertenecemos a una generación que fue muy golpeada. A mí me parece muy importante rescatar eso, rescatar a los sobrevivientes de una generación que fue muy golpeada, pero que seguimos luchando, que la seguimos peleando seguramente con equivocaciones y a veces con pequeños aciertos. Pero lo más importante sigue siendo nuestro compromiso con las luchas populares, por cambiar esta sociedad, por una sociedad más justa sin explotadores ni explotados, por una sociedad más libre, por una sociedad más inteligente”.
Compañero, Hasta la Victoria Siempre.
Fuente: Prensa de Buenos Aires para Todos