El diputado de Unidad Popular habla en esta entrevista del sindicalismo, su trayectoria, de UP, y su de candidatura presidencial.
(Diario La Capital) Gremialista, ex titular de ATE y la CTA. De origen peronista, abandona el PJ con la llegada de Menem al poder. Actual diputado nacional de Unidad Popular, fuerza por la que ahora se postula a la Presidencia.
Víctor De Gennaro se pregunta: “¿Es posible gobernar a la Argentina de otra manera?”. Y se contesta: “Nos sobran recursos, y les falta vergüenza a los que mandan”.
Barrio de Once, Buenos Aires. Casa cómoda en planta alta, esquina ruidosa, allí se aloja una ilusión: la sede central de un nuevo partido político, “Instrumento Electoral para la Unidad Popular”, o la contracción “UP”. Que en alianza con el PTP (Partido del Trabajo y el Pueblo), llevará a las urnas la boleta “De Gennaro presidente” en las Paso de agosto de 2015.
Fue peronista, aunque ahora dice, “no soy más peronista, el peronismo no existe más. Cuando Menem decretó el indulto, me fui del PJ, era demasiado para mí”.
Con una larga trayectoria en la militancia sindical antiburocrática, durante la década kirchnerista se fue convirtiendo en opositor frontal contra Néstor y Cristina.
—¿Cómo se siente en el rol propositivo, como candidato?
—Es muy distinto criticar, denunciar, que proponerse como alternativa para gobernar la Argentina. Estoy recorriendo muchos lugares por los que estuve en estos 20 años, ahora como candidato.
—Pudo ser candidato en otras oportunidades, y las dejó pasar, ¿por qué ahora?
—Es verdad, en 2003 por el Partido Socialista que conducía en ese momento Alfredo Bravo. Yo sentí que aceptar la candidatura significaba la transformación de la CTA en un proyecto partidario, y no lo quise.
—¿Cómo ve la situación sindical de hoy, con cinco centrales?
—En nueve años, el kirchnerismo no tuvo paros nacionales. Pero en los últimos dos años ya tuvo tres. Quiere decir que la gente no llega a fin de mes.
—Sin embargo, el último paro tuvo un acatamiento desparejo.
—¿Desparejo?, pararon 13 millones de personas, o ponele 11 millones. El paro, después de la elección de presidente, constituye el hecho político más relevante de un país. Cuando los analistas se preguntan por qué perdió el gobierno en 2009, se dice por la crisis de la 125. En cambio, nadie dice que el gobierno vuelve a perder (en la provincia de Buenos Aires) en 2013, por el paro de 2012. Nadie dice eso. Nosotros decimos: en la Argentina hay una izquierda social que tiene vacante su representación política: es ahí donde nosotros queremos estar.
—¿Por qué se rompió el FAP y usted impulsa otro proyecto?
—Se dinamitó porque hubo un grupo que decidió ir para atrás. Y volvió a arreglar con la UCR. En el mito fundacional del FAP había algo claro, ni la UCR ni el PJ. Como los uruguayos, ni blancos ni colorados. Con ese planteo, en 2011 el electorado nos premió, colocándonos segundos (16,9 por ciento), detrás de Cristina Kirchner (54 por ciento). Seguramente no porque nosotros éramos muy buenos, sino que los demás eran un desastre. Pero llegó el 2013, y Margarita Stolbizer (GEN, integrante del FAP) arregló con los radicales, con el aval de Hermes Binner y demás partidos. Nosotros creemos que los proyectos políticos hay que aguantarlos en el tiempo.
—¿Y cómo llega la decisión de la candidatura para 2015?
—Porque no hay otro. Todos creen que hay que pagarle al club de Paris, a Repsol, pero eso no sirve. Porque en la Argentina el hambre está planificado, y hay que resolverlo. Cuando hubo otros dirigentes que se animaban, nosotros los apoyamos. Yo alenté a Pino Solanas, alenté a Hermes Binner. Yo digo, si un intendente, un gobernador o un presidente no puede resolver el problema del hambre en los primeros seis meses de gestión, tiene que renunciar e irse. En la Argentina sobra comida. Y la plata está, pero hay que meter mano en la renta minera, sojera, ictícola, petrolera y financiera. En nuestro país se concentra y extranjeriza esa renta, y además se crea un sector social de arriba que cada vez vive mejor.
—¿Cómo caracteriza a la “izquierda social” que pretende convocar?
—Perduran las experiencias culturales de izquierda, sectores que fueron peronistas, radicales, comunistas, socialistas. Yo mismo provengo del Partido Justicialista. Pero con el indulto de Menem, en los 90, dije basta para mí, y me fui.
—¿Ya no es más peronista?
—No, no soy peronista. El peronismo no existe más, se terminó con Perón.
—Pero elige sacarse la foto para esta nota con el cuadro de Evita atrás.
—Por la cultura que nos dejó Evita, que fue revolucionaria.
—¿Cuál es su visión sobre delito e inseguridad?
—Y, yo vivo en Lanús, y hay asesinatos todas las semanas. No lo voy fomentar, pero mi responsabilidad es pensar un plan. Entonces pienso en los 10 países más seguros del mundo que han resuelto el problema: Islandia, Finlandia, Noruega, Bélgica, Suecia. Hay un orden. Y veo que en Estados Unidos el dos por ciento de la población está presa, y es el país más inseguro del mundo. Entonces, ¿qué es lo que tienen los países que andan bien?, educación, salud, previsión, trabajo y vivienda. Y tienen un proyecto de vida. Los 40 millones de argentinos podríamos vivir muy bien.
—¿Y por qué los 40 millones no viven muy bien?
—Primero el genocidio del 76, y todavía en el núcleo de la política económica se mantiene, como la ley de Entidades Financieras. Que la inventó un genocida. En 2014, los bancos fueron los que más ganaron.
—Sin embargo, la discusión política principal en la Argentina de hoy no pasa por reemplazar la ley de Entidades Financieras de Martínez de Hoz. Al contrario, la oposición de centroderecha al kirchnerismo se plantea derogar las leyes votadas en los últimos tiempos, en una lógica de restauración conservadora.
—No tenemos nada que ver con esa centroderecha. Y no sé a qué derogaciones te referís.
—Varios referentes opositores anunciaron que derogarían leyes principales del kirchnerismo. Binner rechazó la aplicación de la ley de medios en la adecuación de oficio del grupo Clarín.
—En el caso de Binner, una cosa es lo del grupo Clarín y otra pedir la derogación de la ley. No escuché que diga eso.
—Al solicitar que no se aplique la adecuación de oficio, cuando la propuesta voluntaria fue inconsistente, en los hechos se pide que no se aplique la ley.
—Ahí creo que Binner se equivoca porque su partido la votó.
—¿Y cómo interviene usted entonces en ese debate?
—Nosotros fuimos impulsores de la ley de medios desde la CTA, antes que lo tome el kirchnerismo. Y cuando se aprobó nos pareció bien. Ahora, sin embargo, vemos que no se aplica, no se democratizaron los medios de comunicación. No hay otorgamiento de 33 por ciento, con autonomía, a los sectores sociales. No se construyó poder popular. Nosotros no estamos para derogar leyes que son útiles para la gente, pero tampoco aprobamos leyes como la de Pago Soberano, que nos pareció una chantada. No hay que pagarle a los buitres, pero tampoco a Repsol ni al club de Paris.
—Usted dice que busca diferenciarse en el Congreso de la estrategia de la oposición de centro-derecha; pero en la sesión sobre el nuevo Código Civil hicieron lo mismo que el resto de la oposición, se fueron de la sesión.
—No, nosotros no entramos y salimos. Nosotros directamente no fuimos a la sesión. Nos pareció un show. Además, en las audiencias públicas que se hicieron en todo el país, muchos denostaron al nuevo Código Civil.
—La Comisión Bicameral recogió el resultado de las audiencias; es la práctica habitual.
—Pero la Comisión Bicameral no hizo nada.
—¿Tiene costo político retirarse de los debates en la Cámara?
—Sí, puede ser. Hay compañeros nuestros que opinan que hay que quedarse y discutir.
—¿Cómo se constituirá la alianza que va a llevar a “De Gennaro presidente”?
—Un frente. Nuestro partido, UP, y el Partido del Trabajo y el Pueblo (PTP). Y esperamos que se sumen sectores de Proyecto Sur, el grupo Patria Grande, y entre otros, Cruzada Renovadora de San Juan.
—¿Por qué elige como socio principal de su partido al PTP. Un partido creado y conducido por un sector muy específico de la tradición maoísta (PCR, Partido Comunista Revolucionario), que hasta ahora impugnó y rechazó participar de las elecciones?
—Ahí está Juan Carlos Alderete, que es un gran dirigente. Ellos en algún momento pensaban que la lucha electoral no servía, pero ahora revalorizaron las instituciones.
Por Rodolfo Montes